“… nos estamos ocupando de Cuba”. Así pensaba Trump antes de llegar a la Casa Blanca.

Luego del cambio de gobierno en Cuba, con la salida de Raúl Castro y la llegada de su sucesor Miguel Diaz -Canel Bermúdez, no se han visto cambios en la relación entre Cuba y Estados Unidos.

Recientemente, en una breve visita que realizó Trump a los Cayos de Florida, dijo que se seguirá “ocupando” de Cuba, un país que “amo”.  Según varios medios estadounidenses, la simpatía con Cuba viene desde hace años atrás cuando miembros de su equipo realizaron algunas visitas exploratorias de negocios en la isla antes de ser presidente.

La revista estadounidense Newsweek develó en el 2016 que directivos de su compañía ‘Trump Hotels & Casino Resorts Inc’  solicitaron en 1998 viajar a Cuba para explorar oportunidad de negocios.

Según documentos obtenidos por Newsweek, el viaje exploratorio de la compañía de Trump habría costado US$ 68.000, en una época en que cualquier gasto de empresario estadounidense en la isla estaba prohibido debido al propio embargo. Estos gastos incurridos en la incursión en Cuba de la compañía de Trump se registraron como gastos caritativos para hacerlos pasar por legales.

El objetivo que perseguían estas exploraciones de la compañía de Trump era estar preparadas para una apertura en las relaciones de ambos países, en épocas del entonces presidente Bill Clinton. En este viaje, los representantes de la compañía se reunieron con oficiales del gobierno, banqueros y empresarios de la isla, aunque finalmente el proyecto no fue posible.

Antes del 2015, estaban prohibidos  los viajes a Cuba  para realizar actividades de negocios (como la construcción de campos de golf). No obstante, con la apertura de Obama, la revista semanal de negocios Bloomberg Businessweek, reportó en 2016 que algunos ejecutivos y aconsejadores de The Trump Organization  visitaron Cuba a finales del 2012 y principios del 2013 con la idea de buscar sitios para construir nuevos campos de golf.

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