La inversión extranjera en Cuba, otra vez está en la mira tras dos sucesos ocurridos recientemente. El fallecimiento del líder de la Revolución Cubana Fidel Castro y la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.

No obstante, en relación al sector turístico, no se espera que se vaya a provocar una vuelta atrás en el actual desarrollo de este sector, diríamos que más bien, al contrario.

En la década de los años 90, Cuba comenzó a percibir el turismo como un negocio de grandes ingresos que había que explotar. La apertura al capital extranjero, significó para el gobierno cubano una experiencia nueva en la administración de la actividad turística por empresas extranjeras, principalmente las españolas.

En el turismo en Cuba ocurrió algo muy diferente a otros sectores de la economía, el constante desarrollo y expansión de la esfera, que financiada por empresas y profesionales extranjeros actualmente se incrementa a partir de la actualización del sistema económico impulsado por Raúl Castro y de la normalización de las relaciones con Estados Unidos.

Otro significativo cambio ocurrido en el mismo escenario (Actualización y normalización de relaciones con EE UU) ha sido el desarrollo del sector privado en Cuba,conocido mejor como cuentapropismo, que ha creado para las opciones turísticas, hostales, restaurantes y otros negocios que facilitan una permanencia más agradable en la isla.

Sin embargo, aún no está permitido legalmente en Cuba que el capital externo participe en esos pequeños negocios turísticos, lo cual deja una brecha para el desarrollo del sector en un futuro que puede ser inmediato.

Podemos decir que ante el nuevo escenario en que se desarrollan los negocios en Cuba, no se espera un revés en los acuerdos logrados, sino que simplemente pudiera haber una paralización momentánea a corto plazo en el acercamiento con Estados Unidos, que propiciaría a su vez un mayor contacto con empresarios de otros países.

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