Por Richard Adnisel
Los cubanos rezuman por estos días los sudores de las altas temperaturas de verano y de la llegada de un nada bienvenido periodo de restricciones económicas, al menos durante julio y agosto.
En la más reciente reunión de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento), el presidente Raúl Castro pidió comprensión y apoyo ante el nuevo desafío social que debe enfrentar el país, causado, entre otros factores, por la baja del precio del petróleo y otras materias primas, pobres resultados en la producción caña de azúcar y un escenario internacional adverso.
Se trata de una vuelta de rosca a la ya tensa situación que ha vivido la isla durante todo el primer semestre del año, en el que se incumplieron por estas razones las proyecciones de crecimiento del Producto Interno Bruto, (de un muy discreto 2 por ciento, solo se alcanzó la mitad).
El resultado más palpable del apretón de cintura es un grupo de medidas que van desde el cierre de casi todos los comedores obreros, la reducción del consumo eléctrico en los centros de trabajo, la disminución a la mitad del combustible de vehículos estatales y una merma de los viajes del servicio del transporte público.
Otras consecuencias de esta desapacible situación son la reducción de los horarios laborales en centros de trabajo, el cierre de algunas unidades de servicio no vitales y hasta el momento discretas interrupciones del servicio eléctrico.
El gobierno dijo que las nuevas medidas de austeridad tienen como fin no perjudicar el servicio eléctrico a la población y afectar a esta lo menos posible.
El sector del turismo, sin embargo, no será sometido a restricción alguna, tomando en cuenta el auge de visitantes que sigue arribando a Cuba y que solo en los primeros seis meses del año rebasó la cifra de tres millones de personas.
Este importante rubro sigue siendo uno de los que tira de la economía cubana. En este accionar, el gobierno cuenta con un ascendente sector privado que dispone de capacidad de alojamiento y otros servicios en toda la geografía del archipiélago, que contribuyen a consolidar el turismo extranjero y a producir riquezas para el país.
De cualquier manera, los meses de julio y agosto servirán para ajustar los planes de austeridad anunciados en estos días. No parece, sin embargo, que la situación vaya a mejorar notablemente en estos dos meses, pero sí apunta a que se aliviará en lo que resta de año. Veremos.
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si dios quiero saldremos alante cuba esta preparada para eso y mucho mas gracias ala revolucion, que ha creado sus buenas medidas para tratar de sobrellevar esas cosas viva la revolucion con o sin periodo especial al menos es mi modo de ver la vida politica de mi pais que lo amo y amo mi revolucion todos cometemos errores nada es perfecto viva mi Fidel y mi Raul castro ruz