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Neptuno no solo es el nombre de un Dios griego.

En una de las arterias más antiguas y transitadas del Municipio Centro Habana, la calle Neptuno, se encuentra un gimnasio de igual nombre.

Abierto desde los inicios del 2000, constituyó un medio de atracción de jóvenes y adultos de esa localidad, que podían emplear el tiempo libre en una actividad de probados beneficios para la salud física y mental.

Un local fue arrendado por dos cuentapropistas en cuyas licencias para trabajar puede leerse: Instructor Deportivo. Sus nombres, Jorge Luis Balber de 50 años, graduado en el Instituto Superior de Cultura Física, y Ernesto López,  con 44 años, quien practica deportes desde niño.

Este tipo de permiso para el trabajo privado se le otorga en Cuba a cualquier adulto que se responsabilice por el entrenamiento físico de los miembros de la comunidad. No se necesita estar graduado en alguna profesión afín con la actividad.

Por el permiso o licencia de trabajo por cuenta propia, Balber y López pagan al estado  cada mes 150 pesos cubanos (cup), otros 600 (cup) por concepto de arriendo, más el 10 % por ciento de lo que le cobran a cada cliente. Asimismo abonan trimestralmente 262 cup para la seguridad social.

El gimnasio “Neptuno”, dividido en dos pisos, utiliza la parte superior para ejercicios aeróbicos y la inferior para trabajar la musculación. Esta última zona, se aconseja transitar con sumo cuidado, para no tropezar con los diversos equipos confeccionados de forma manufacturada por otros cuentapropistas que se ocupan del oficio de la herrería.

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Gimnasio de Neptuno

Abierto desde las 7:00 am hasta las 8:30 pm, de lunes a viernes y los sábados hasta las 12 m,  acoge hombres y mujeres de todas las edades, diversas profesiones u ocupaciones, que los iguala un solo objetivo: el entrenamiento físico.

En ese sentido Jorge Luis opina que el lugar “…es un centro de reunión de la comunidad, cuya finalidad fundamental es la actividad física, sentirse bien, aliviar el estrés, mejorar salud y aspecto físico. Aquí no importa el nivel educacional, todos se igualan…”, apuntó

“Vengo desde mi trabajo en el Vedado para hacer el turno de aeróbicos entre las 6:30 y 7:30 pm”, dice Marlene Diez, abogada de profesión y agrega:  “desde hace un mes también entreno con aparatos, después de la gimnasia aerobia, eso completa mi trabajo corporal. Pago al mes 10 cuc, (equivale a 250 cup o moneda nacional) por todo el trabajo, que incluye un entrenador, para cada actividad.”

Con una figura envidiable a sus 50 años, Ana María se acerca a nosotros para hacer constar que debe su salud física y mental al entrenamiento que recibe en el “Neptuno”. Agrega  que mientras su salud se lo permita, asistirá al gimnasio pues considera una bendición haber probado sus beneficios desde hace casi 15 años. Paga 5 pesos cubanos (cup) por cada sesión diaria de 1 hora de gimnasia aerobia.

También llegan personas con enfermedades óseas”, dice Ernesto López, entrenador. Entre estos cita a un cliente con artritis deformante que apenas podía agarrar las barras de las mancuernas con las manos. Esa persona  es increíble cuánto ha mejorado en pocos meses de repetición de una rutina de trabajo muy sencilla.

En el otro extremo, dice, tenemos un niño de 8 años que practica lucha libre como deporte, hace su entrenamiento libre en nuestras áreas, sin el uso de las pesas, porque a esa edad están prohibidas.

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Gimnasio. Municipio Centro Habana

Según refirieron algunas muchachas entre 20 y 30 años con las cuales conversamos, existe en el mundo una tendencia a medir a las personas por su apariencia, tal es así que muchos negocios en Cuba y resto del mundo contratan a sus trabajadores de acuerdo al físico.

Muchos jóvenes que asisten a este lugar, lo hacen porque necesitan mantenerse en forma para conservar sus puestos de trabajo en restaurants, cafeterías, o en mesas donde se vende artesanía a extranjeros.

En este gimnasio se aboga por la forma natural de alcanzar los resultados físicos deseados por cada cliente, se recomienda un plan de entrenamiento individual, una dieta sana, en la cual no falte ninguno de los nutrientes, uso de suplementos vitamínicos para quien los necesite y consumo de abundantes líquidos.

Sus entrenadores principales Jorge y Ernesto, se sienten satisfechos con su trabajo, consideran que es un buen negocio, porque sus ingresos les alcanzan para vivir e invertir en el mejoramiento del lugar.

Pero por sobre todas las cosas, espiritualmente se sienten remunerados, cuando sus clientes expresan alegría por alcanzar las metas propuestas.

Y finaliza Jorge al decir”…se trabaja con material humano y la satisfacción del cliente es la satisfacción del entrenador”

Por Verónica Méndez

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