Principios generales de la política para la Inversión Extranjera en Cuba

La inversión extranjera directa en la Isla tiene un carácter selectivo que se describe en la propia legislación vigente, orientada a la diversificación y ampliación de los mercados de exportación favoreciendo la modernización, infraestructura y cambio del patrón tecnológico en la economía, el acceso a tecnologías de avanzada que eleven la productividad y permitan hacer un uso eficiente de la fuerza de trabajo, la satisfacción eficiente de las necesidades del país mediante la sustitución de importaciones, principalmente en el sector alimentario, la obtención de financiamiento externo y la creación de nuevas fuentes de empleo.

Además está enfocada a la captación de métodos gerenciales que contribuyan al posicionamiento en el mercado, el incremento de la productividad y la rentabilidad, la eficiencia de procesos inversionistas complejos y a su asimilación por el resto de la economía, así como a la vinculación de la misma con el desarrollo de encadenamientos productivos para la búsqueda de eficiencia colectiva, y al cambio de la matriz energética del país mediante el aprovechamiento de fuentes renovables de energía con la utilización de la energía solar, eólica y de los residuos agroindustriales, tales como: la biomasa cañera, forestal y el marabú, la generación de energía hidráulica y de biogás.

Guia del inversionista 2016

Los principios conciben la inversión extranjera como una fuente de desarrollo económico a corto, mediano y largo plazos en la complementación de proyectos nacionales de desarrollo científico y tecnológico, preservando la propiedad intelectual sobre los resultados que se obtengan, especialmente marcas y patentes creadas por la parte cubana, en determinados sectores y actividades económicas priorizadas como la producción agrícola y la industria alimentaria; el turismo, incluido el de salud; el desarrollo de fuentes de energía, especialmente las renovables; la exploración y explotación de hidrocarburos y recursos mineros; y la construcción o mejoramiento de infraestructuras industriales como un elemento activo y fundamental para el crecimiento.

En los principios se reconoce que la inversión extranjera podrá dirigirse selectivamente al desarrollo de las formas de propiedad no estatal con personalidad jurídica, priorizándose el sector cooperativo y en general, que no se transferirán en propiedad bienes estatales, salvo en los casos excepcionales en que se destinen a los fines de desarrollo del país y no afecten los fundamentos políticos, sociales y económicos del Estado.

El gobierno cubano promueve la inversión extranjera a través de la publicación anual de una Cartera de Oportunidades durante la celebración de la Feria de La Habana, enfocada a la promoción por etapas y sectores o actividades potenciales, y favorece la diversificación en la participación de empresarios de diferentes países, priorizando la promoción de forma masiva para las Zonas Especiales de Desarrollo, iniciando los trabajos por la Zona Especial de Desarrollo Mariel.

¿Cómo invertir en Cuba?

Para el inversionista extranjero interesado en hacer negocios en Cuba, la primera opción es consultar la Cartera de Oportunidades que anualmente publica el Ministerio de Comercio Exterior. En ella se incluyen las fichas de los proyectos aprobados en cada sector de la economía con su descripción, monto de inversión, modalidad que se propone, ubicación, y contactos.

Es importante tener en cuenta que la inversión extranjera en la Isla conlleva un proceso de negociación de directivas con la parte cubana, la formación de un expediente que debe cumplir todos los requisitos dispuestos en el Reglamento de la Ley de Inversión Extranjera, la concesión de licencias y la aprobación de los diferentes organismos de la Administración Estatal antes de que sea presentado a la autoridad gubernamental que lo aprueba.

Por ello, el inversionista debe tener paciencia y estar preparado para vencer cada paso del proceso sin desalentarse, por lo que una vez que se han identificado oportunidades de negocio de interés, aconsejamos contactar con una consultoría con personal radicado en Cuba a fin de que puedan esclarecer las dudas y acompañarlos desde el primer intercambio con su contraparte cubana hasta la aprobación por el gobierno.

Tampoco se desaliente si la inversión que propone no está incluida en la Cartera de Oportunidades. La propia Ley tiene en cuenta esta situación y existen los mecanismos para que la parte cubana presente la propuesta y una vez aprobada por el organismo correspondiente sea incluida como oportunidad de negocio y pueda comenzar la negociación.

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