Desde que en el pasado mes de junio el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela visitó Cuba y estableció reuniones con diferentes directivos y titulares del país caribeño, entre ellos el ministro del Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, fue posible evidenciar las intenciones de ambas naciones de establecer vínculos económicos.
En ese entonces ambos coincidieron en la existencia de grandes potencialidades para el intercambio comercial en lo referente a sectores como la energía renovable, agroindustria, logística, turismo, entre otros. Esos diálogos sentaron las bases para planificar una misión del país istmeño, la cual arribará Cuba el 14 de septiembre próximo en una visita de 3 días de duración.
De acuerdo con datos ofrecidos por la compañía panameña especializada en asesorías, MVA Consultores, SA., se trata de la tercera delegación panameña a la mayor nación de las Antillas en menos de un año.
En esta ocasión la comitiva empresarial está compuesta por representantes de ramas prioritarias para la economía cubana, como los sectores agrícola, forestal, alimentario y construcción, lo que incluye diseño y desarrollo de infraestructuras y viviendas.
Relacionadas con el turismo, la misión tomará en cuenta las por oportunidades para la administración de hoteles, así como la construcción y restauración de esas entidades. El presidente de esa empresa, Moisés Véliz manifestó que además de los nuevos proyectos existen contactos anteriormente desarrollados por los dos países que ahora están mostrando los primeros resultados.
Véliz comentó que entre los objetivos de la comisión se encuentran el intercambio bilateral con su posible contraparte cubana y adelantó además que hay varias empresas panameñas interesadas en establecer sucursales en Cuba, las cuales requieren de detalles prácticos que serán analizados durante la cita.
Los empresarios miembros de la comitiva se encuentran interesados por conocer el régimen laboral vigente en la Isla relativo a la inversión extranjera, teniendo en cuenta sus características sui génereis, pues existe una legislación y procedimientos nacionales a los cuales deben ajustarse los inversores.
Por María Carla Álvarez
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