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Cocheros en la Habana Vieja

Por Denisse Cortinas

Para muchos de los turistas que visitan la zona histórica de la capital cubana resulta un atractivo peculiar conocerla sentados en coches tirados por caballos, que recuerdan al único medio de transporte que existía en la etapa colonial.

Se trata de una cooperativa no agropecuaria, una modalidad en la cual obreros privados se asocian al estado y comparten ingresos.

Anteriormente funcionaba como un grupo de cocheros independientes que trabajaban para la Oficina del Historiador de la Ciudad, pero a partir de las nuevas medidas tomadas en el sexto congreso del Partido Comunista de Cuba en relación al trabajo por cuenta propia, se convirtieron en una cooperativa jurídica.

Ubicado al costado del Museo de la Real Fuerza y con el privilegio de tener en primera plana la vista al mar que permite la Avenida del Puerto, se encuentra el estacionamiento de este medio de transporte, que ofrece una modernizada idea de los antiguos carruajes.

Por casi 20 años se han desplazado por la ciudad esos vehículos que guardan la memoria histórica de la Habana. A quienes eligen esa vía para desplazarse, los conductores ofrecen entre sus servicios un recorrido guiado de 5 a 6 kilómetros con parada en importantes lugares del casco histórico como el Capitolio, el Museo de la Revolución, la Plaza de la Catedral, la casa Natal de José Martí, la fábrica de tabacos Habanos, entre otros.

“La importancia de este trabajo radica en que nosotros difundimos la cultura y la historia de La Habana”, asegura Ismael Pérez, uno de los cocheros. “Además, este es un negocio que aporta bastante dinero al país, porque nosotros pagamos al estado mensualmente el 10 % de nuestros ingresos sin contar los importes que tenemos que hacer por el parqueo y el área donde guardamos los coches por la noche”.

También comentó que en los últimos meses ha aumentado notablemente el flujo de turistas extranjeros, sobre todo de italianos, a raíz del creciente arribo de cruceros a la bahía habanera.

Aunque los conductores de los carruajes reconocen la competencia que representan los conocidos almendrones (taxis antiguos), aseguran que no resultan una gran preocupación porque siempre habrá quienes prefieran pasear por la Habana en coche y disfrutar de un mágico viaje al pasado y el presente.

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