Carnavales en santiago

Por Richard Adnisel.

Carnavales de Santiago de Cuba, genuina fiesta popular.

Por estos días la ciudad de Santiago de Cuba, 950 kilómetros al este de La Habana, celebra sus conocidas fiestas de carnaval. Es reconocido sin discusión que en esa tierra del oriente cubano tienen lugar los festejos carnavalescos más populares, divertidos y atractivos de todo el país. Es un hecho.

Los carnavales santiagueros le disputan un momento climático de diversión a cualesquiera de sus pares en el mundo. Su espectacular conga oriental pone a bailar en todos los fiesteros, al tiempo que los va moviendo por las calles de la ciudad, en un desinhibido movimiento de sensualidad y frenesí, que toca momentos climáticos con el peculiar sonido de la corneta china, una singularidad tan necesaria como la sal a la comida.

Para la ocasión Santiago de Cuba ha remozado importantes áreas públicas y, pese a las anunciadas restricciones económicas, la ciudad se apresta a “tirar la casa pa’ la calle”, como se dice y aprovechar estos días de amistad, júbilo y fiestas.

En Cuba los carnavales tienen lugar en las ciudades –capitales de las 15 provincias y del municipio especial Isla de la Juventud, así como en aquellos numerosos pueblos con tradiciones en estas fiestas, cuyo origen se remontan a los tiempos de la llegada de los españoles a América.

Fueron ellos quienes los exportaron al Nuevo Mundo y son de origen pagano, con nacimiento en la antigua Roma.

Con el tiempo los carnavales se vincularon a la Cuaresma Cristiana, y cada país le impuso su sello particular, con los aportes de los ritos y creencias de los indígenas americanos, y esclavos africanos traídos a América.

Tan populares se han hecho, que excepto en Asia, los países del resto de los continentes celebran carnavales.

Los más famosos, sin dudas, son los de Rio de Janeiro, Brasil, convertidos en fenómeno cultural universal. Desde los más inverosímiles rincones del planeta, viajan cada año turistas para conocer de este sarao que, como decía un medio de prensa carioca, convierte en arte el placer por la música, el baile y el amor.

Uruguay tiene también fama por su fiesta carnavalesca, en la que los juerguistas disfrutan rindiéndole honor al Dios Momo, que según las leyendas, en Roma era la deidad de las bromas, la crítica jocosa y la burla inteligente.

Además de Uruguay, Momo es celebrado en muchos otros lugares, como en Colombia y Panamá.

En esta última nación se ejecuta el llamado “entierro de la sardina” y la fiesta de Las Tablas, en la que los participantes, divididos en dos grupos concursan con música, trajes y carros alegóricos.

En Cuba no cuenta Momo con muchos seguidores. La tradición carnavalesca del país apenas lo menciona. No así las congas y comparsas, que en representación de barrios y creencias, disputan un lugar en el concurso que premia a las más vistosas, alegres y originales.

En zonas del centro de la isla, la fiesta de carnaval tiene sus peculiaridades. Por ejemplo, en Remedios, Taguasco, Cabaiguán, Camajuaní, Zaza del Medio y Morón les denominan parrandas, al tiempo que en otros lugares changüises.

La carne de cerdo, el arroz frito y el tamal o ayaca (preparado de maíz con sazón y masas de puerco) constituyen el principal menú que acompañan a estas fiestas populares en la mayor de las Antillas. Todo ello acompañado por cerveza fría y jugos de frutas.

Son diversas las fechas en que tienen lugar los carnavales. La mayoría son convocados para la temporada de vacaciones, en el caluroso verano cubano.

Santiago de Cuba

Santiago de Cuba es de las pocas ciudades del país que ha mantenido esta fiesta en los últimos 10 días del mes de julio. La Habana tuvo una época que lo celebraba en el fresco y agradable mes de febrero. Luego los convocó para los meses de julio o agosto.

Además de los festejos, los santiagueros, como el resto de los cubanos, aprovechan este caluroso tiempo de estío para vacacionar en playas y otros sitios de recreo y aliviar con un ¡Solavaya! la canícula y apretazón por la crisis económica.

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