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Crescencio Gómez. “Sueños De Mayajigua”

Crescencio Gómez es el dueño del pequeño restaurante-cafetería ubicado en el populoso agromercado de 17 y K, en la barriada del Vedado habanero, que apenas lleva mes y medio de inaugurado.

“Sueños De Mayajigua” no es más que la quimera hecha realidad de un hombre de raíces campesinas, nacido en el pueblito del mismo nombre de la provincia de Santi Spíritus, en el centro de Cuba.

De un local semi abandonado perteneciente a la EJT (Ejército Juvenil del Trabajo) emergió el restaurante-cafetería, levantada con el propio esfuerzo de varios de sus empleados en plantilla en la actualidad. Son 9 trabajadores por cuentapropia que afanosamente laboran cada día, menos los lunes, en el horario del mediodía a bien entrada la noche.

Claudia una de las jóvenes dependientas está contenta con los 100 pesos (CUP) que cobra por día de trabajo, mucho más que su salario anterior.   Gisela, la experimentada cocinera del lugar señala que está muy feliz y le place que a los clientes les guste lo que hace con tanto amor. De hecho, varios comensales aprovecharon para al igual que esta reportera, felicitarla por tan buena cazuela. Es una peculiaridad que todo el sazón es puramente natural. “No hay polvitos”, nos dice su dueño, al referirse a los condimentos artificiales, hoy en día  tan comercializados.

Crescencio, que camina de un lado a otro, procurando que todo marche bien, nos dedica 20 minutos y conversamos un poco de sus orígenes que exhibe con orgullo en su cándida sonrisa.

“Siempre fue mi sueño tener un lugar como este, pero era como algo inalcanzable, y aprovechando las facilidades para esta modalidad de trabajo por cuenta propia, me organicé y lo logré”. Lo hice a mi gusto, recrea su mirada con orgullo por todo el local, antes de admitir que aún quedan cosas por perfeccionar.

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tamal en cazuela

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Plato combinado en Sueños De Mayajigua

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Sueños De Mayajigua

 

 

 

 

 

 

 

Crescencio se sienta en una mesa y en otra y le gusta escuchar que digan  que está buena la comida. Se nota y muestra su complacencia cuando alaban el tamal en cazuela, o el ajiaco criollo, los garbanzos o el potaje de frijoles negros o colorados que se incluyen en las ofertas.

Milagros Martínez, una vecina de 17 y K interrumpe la animada conversación para  dar fe de los comentarios  y argumentar que desde que ella descubrió el sitio no cocina en su casa. Dice saborear la garbanzada que tanto le recuerda la que cocinaba su abuela de Islas Canarias.

En otra de las mesas vecinas un mexicano residente en la ciudad norteamericana de California comenta que días atrás entró, probó, y no se ha ido a otro lugar a comer.  Se trata de Loreto Alcalá, un chef supervisor que por estos días visita Cuba. Casualidad eh, que alguien que con propiedad puede opinar y siguiendo la broma admite que sí,  se le puede dar una estrella Michelin (reconocimiento que designa a un restaurante muy bueno en su categoría).

En Sueños De Mayajigua no hay lujos por ningún lado, todo es sencillez y mucha mezcla de sabor y cubanía. Es quizás por eso que atrapa al que llega a curiosear.  Allí  acuden personas del barrio, pero también de otros municipios capitalinos y 40 por ciento son turistas extranjeros que se rentan en los alrededores.

En cuanto a Crescencio, ahí está su sueño realizado y no despertar de él dependerá en gran medida del trabajo de todos y del amor con que recuerde a su Mayajigua querida.

Por Sandra Valle

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