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Cooperativas no agropecuarias

La actividad por cuenta propia en Cuba ha crecido notablemente en los últimos años y continúa incrementando, no solo a través de los emprendedores que comienzan a establecer sus negocios, sino también a partir de establecimientos estatales que cambian su concepto al pasar a manos de cooperativas privadas.

A lo largo de este año 230 empresas gastronómicas ubicadas en la capital cubana pertenecientes al gobierno pasarán paulatinamente a formar parte de asociaciones particulares. Esa medida tiene como objetivo garantizar mejoras en ese tipo de servicios.

La directora de Gastronomía de la Unión de Empresas de Comercio de La Habana, Idalmi Martínez, comunicó que un primer grupo compuesto por casi 120 unidades abandonó durante el primer trimestre de este 2016 su condición de estatales para incorporarse al modelo de gestión privada denominado cooperativas no agropecuarias.

De acuerdo con esa directiva, con la implementación de ese proyecto se ha vuelto perceptible el progreso en cuanto a la calidad y variedad de las ofertas en esos centros, aunque esto trae consigo con un incremento en los precios de los productos.

Johvani  Gálvez, extrabajador de una cafetería estatal que actualmente funciona como cooperativa, considera favorable el cambio, pues ahora recibe mayor cantidad de ingresos ya que el sitio es visitado por un gran número de clientes después de las reparaciones estéticas que se le han hecho al lugar y la mejoría en la cocción en los alimentos.

“Antes el esfuerzo no era el mismo-comentó en referencia al período en que trabajaba para el estado- porque sin importar lo que vendiéramos siempre obteníamos el mismo salario. Ahora hay que apretar porque sabemos que mientras más vendamos más ganancias tendernos y viceversa”.

Otro de los nuevos trabajadores privados, Reynaldo Pérez se refirió a las dificultades que representa el cambio: “El problema es que el Estado no nos está abasteciendo lo suficiente. A veces no tenemos los productos, o hay muy pocos como para abrir con la calidad requerida y aún así tenemos que pagar el impuesto como si contáramos con todos los suministros”.

Esas cooperativas privadas también han sido aprobadas para actividades no gastronómicas como centros de belleza, talleres de confecciones, entre otras.

Aún existen asperezas que limar en ese tema,  sobre todo porque se trata de un proceso de reciente creación y que se encuentra aún en período experimental. Sin embargo resulta provechoso que exista esta posibilidad, pues permite que se desarrollen quienes quieren tener un negocio por cuenta propia pero no cuentan con el local o con los recursos. Se trata de una prueba más de los avances que está teniendo el sector privado en Cuba.

Por Denisse Cortinas

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