Las remesas en la vida de los cubanos

Las remesas en la vida de los cubanos

Por Richard Adnisel

La cantidad de dinero que entra a Cuba en forma de remesas desde el exterior no lo sabe nadie con exactitud. Pero no parece que sea poco, a juzgar por el movimiento de personas que compra en mercados, tiendas y disfruta en centros de recreación, hoteles y playas de la isla que cobran en  pesos convertibles (CUC).

 

Algunos estudiosos del asunto consideran que un tercio de la población cubana, o sea, más de 3 y medio millones de personas, se beneficia de los cerca de 2 mil 500 millones de dólares anuales a que ascienden las remesas, según cifras de economistas cubanos de dentro y fuera del país.

Las autoridades locales no hacen referencia explícita a este asunto, por lo que cualquier dato que se maneje sobre el tema es pura especulación. Por otra parte resulta difícil contabilizarlas, pues el dinero de las remesas no solo se envía a través de agencias e instituciones oficiales, sino mediante correos privados, familiares, amigos y cartas.

Lo cierto es que el dinero llega al país y le facilita la vida a quienes lo reciben y a quienes no, atendiendo al principio de que para multiplicarse, el dinero debe circular. Esto propicia a la vez una mayor distribución del mismo por concepto de trabajo y servicios, lo que explica que una buena parte de los cubanos de la isla cubran de alguna manera sus necesidades de vida en un país cuyo salario promedio es de unos 40 pesos convertibles, CUC.

En Cuba circulan dos monedas. El CUP o peso cubano, con el que se pagan los salarios y algunos productos y el CUC, equivalente a 25 del anterior. En CUC se vende una amplia gama de artículos de primera necesidad y de otra índole y es la moneda con la que se paga en la mayoría de los hoteles, paladares, restaurantes, cabarets y otros lugares de recreo. Un alto por ciento de los negocios privados abiertos en Cuba cobra sus servicios en CUC.

Las remesas, por otra parte, cobran cada día un papel más importante en la formación del PIB en cada país, y de estas se benefician naciones de todos los continentes. En Cuba, sin ser un elemento decisivo en la macroeconomía nacional, sí debe tomarse en cuenta como factor estabilizador de la vida del ciudadano.

México y los países centroamericanos reciben anualmente importantes sumas por concepto de remesas enviadas por sus nacionales desde el exterior, fundamentalmente desde Estados Unidos. Las partidas de dinero hechas llegar por los mexicanos se calculan en 22 mil millones de dólares al año. Este monto convierte a México en el tercer receptor mundial de remesas, luego de China, el primero, y de Filipinas.

En Cuba las remesas son la base sobre la que se levanta la mayoría de los negocios privados o por cuenta propia. Un dinero que no sale de las arcas del estado y que sirve para mejorar la vida y crear fuentes de empleo

 

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